¿Qué es un estereotipo?
Un estereotipo es una concepción abstracta que pretende representar lo que es de esperar en una persona, objeto o situación determinada. Estereotipos en nuestra sociedad son, por ejemplo, los gitanos como toreros y cantaores de flamenco, los pobres como vagos o delincuentes, los calvos con gafas como intelectuales y las chicas rubias físicamente atractivas como estúpidas. Todos ellos tienen algo en común. Son grandes mentiras. Y lo peor es que vivimos rodeados de estas nociones.
¿Por qué los estereotipos deben evitarse a la hora de escribir un guión?
Es una razón muy simple. Los guiones tienen que ser reales. Y con reales me refiero a auténticos. Y lo estereotipado nunca es auténtico. Realmente, lo estereotipado de las historias que escribimos es lo que no conocemos acerca de ellas. Como no sabemos nada de cómo es un personaje o un acontecimiento de nuestra historia, recurrimos a tipos y situaciones explotadas hasta la saciedad en vez de preguntarnos qué ha podido pasar en la realidad de nuestra trama para que ésta mantenga su coherencia.
¿Cómo evitar caer en el estereotipo?
Investigando y conociendo nuestra historia de una manera omnisciente. Si vamos a escribir una película sobre un bombero, por ejemplo, es muy fácil imaginarnos un estereotipo con la concepción que tenemos en base a nuestra experiencia. El problema es que como no tenemos ni idea de lo que hace un bombero en realidad, nuestro personaje no tendrá sustento sólido y estará totalmente vacío. Cuidado: concretar un estereotipo no es salir de él. Podemos estar tentados de dar detalles extravagantes al bombero para así hacerlo más real. Esto no es otra cosa que una deformación del estereotipo. Para escribir sobre el personaje, lo correcto sería enterarse bien de cómo es la vida en un parque de bomberos de verdad, entrevistar a gente con esa profesión, pasar tiempo mentalizándose de cómo podría ser el mundo de nuestro bombero en base a lo que vamos descubriendo... Trabajar antes de escribir. Investigar y conocer. Es la única manera.
Consejo consecuente:
Escribe sobre lo que ya conoces. De tu propio mundo o del de tus allegados más cercanos puedes hablar con pleno conocimiento y veracidad. Si quieres aportar algo al mundo, cuenta algo que sea cierto.
