sábado, 10 de octubre de 2009

Microrrelato

-Estoy harta. Adiós.

Ya. Salió y condujo muchas horas. Nunca se convirtió en una estatua de sal. Se fue.

La tarta, las velas encendidas... El salón adornado para las bodas de oro. Las hijas y los hijos alrededor de la mesa. Su marido sopla el pastel y dice:

-Por fin.

Escrito durante una sesión del Curso de Guionistas con Chatono Contreras.

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